Una adecuada preparación del paciente es indispensable para la obtención de resultados confiables y verdaderos, que reflejen su estado de salud, proporcionando al médico elementos valiosos para un diagnóstico acertado.
La cantidad de sangre extraída es la necesaria para la realización completa de los exámenes solicitados por el médico.
De toda muestra, el laboratorio tiene como política mantener una alícuota almacenada durante 10 días para posible confirmación de datos o realización de nuevas pruebas.